Gafa de oxígeno

Las gafas de oxígeno son el sistema de administración más habitual para aportar oxígeno suplementario a pacientes con dificultad respiratoria. Gracias a sus puntas nasales suaves y al tubo delgado, permiten al paciente respirar con naturalidad mientras recibe el flujo terapéutico necesario.

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¿Qué son y para qué sirven las gafas nasales de oxígeno?

Las gafas nasales de oxígeno consisten en dos cánulas semirrígidas que se introducen ligeramente en las fosas nasales, conectadas a un tubo que transporta oxígeno desde la fuente (concentrador, cilindro o sistema hospitalario). Su función principal es:

  • Entregar oxígeno a flujo bajo o moderado (generalmente entre 1 y 6 L/min), manteniendo saturaciones adecuadas sin necesidad de intubación.
  • Facilitar la movilidad y la comunicación, ya que el paciente puede hablar, beber o comer sin retirar las gafas.
  • Reducir la sensación de claustrofobia en comparación con mascarillas, al dejar la boca descubierta.

En resumen, las gafas de oxígeno son fundamentales para la oxigenoterapia domiciliaria y la atención hospitalaria, mejorando la calidad de vida del paciente.

Gafas nasales de oxígeno de alto flujo (HFNC)

  • Diseñadas para flujos superiores (hasta 60 L/min) en pacientes con insuficiencia aguda.
  • Materiales más rígidos y silicona médica para soportar mayores presiones.
  • Utilizadas con humidificador para evitar sequedad de mucosas.

Gafas de oxígeno pediátricas

  • Tamaño reducido y cánulas aún más finas, adaptadas a fosas nasales infantiles.
  • Sujeción con cinta suave alrededor de la cabeza para evitar desplazamientos.

Gafas nasales ajustables

  • Incluyen clip nasal regulable para variar la separación entre puntas según anatomía del paciente.
  • Evitan molestias en el puente nasal y reducen riesgo de irritaciones.

Ventajas de utilizar gafas de oxígeno frente a mascarillas

  • Mayor confort y tolerancia: al no cubrir boca y nariz, el paciente respira más libremente, sin generar sensación de ahogo.
  • Facilidad para comunicarse y alimentarse: permite hablar, beber y comer sin interrumpir la oxigenoterapia.
  • Menor resequedad: con un flujo moderado y, cuando se combina con humidificador, se disminuye la sequedad de mucosas.
  • Portabilidad: el diseño ligero facilita la movilidad dentro del domicilio o centro de salud.
  • Fácil higiene y mantenimiento: se desmontan y limpian con facilidad, evitando acumulación de bacterias.

Cómo elegir las gafas nasales de oxígeno adecuadas

Flujo requerido

  • Para oxígeno domiciliario a flujos bajos (1–4 L/min), las gafas estándar son suficientes.
  • Si el paciente necesita altos flujos (más de 10 L/min), opta por modelos de alto flujo (HFNC) con humidificación.

Tamaño y ajuste

  • Asegúrate de que las puntas nasales no queden demasiado separadas ni muy juntas; debe entrar cómodamente en ambas fosas.
  • El tubo detrás de las orejas debe quedar firme sin apretar, para evitar marcas o molestias.

Material y calidad

  • Elige gafas de oxígeno fabricadas en PVC libre de tóxicos o silicona médica, hipoalergénicos y resistentes a la torsión.
  • Comprueba que las uniones entre cánula y tubo sean firmes para evitar fugas de oxígeno.

Compatibilidad con humidificador

  • Si la prescripción incluye humidificación, selecciona gafas que permitan acoplarse a los conectores del nebulizador sin pérdida de presión.

Facilidad de reemplazo

  • Opta por presentaciones en paquetes de recambio que faciliten el cambio rutinario cada 7–14 días, manteniendo la higiene óptima.

Cuidados y mantenimiento de tus gafas de oxígeno

  • Limpieza diaria: desmonta las gafas y lava con agua tibia y jabón neutro. Enjuaga a fondo y deja secar al aire para prevenir acumulación de humedad.
  • Reemplazo periódico: reemplaza las gafas de oxígeno cada 7–14 días, o antes si notas grietas, decoloración o pérdida de elasticidad en el tubo.
  • Desinfección mensual: remoja en solución diluida de lejía (1:50) durante 30 minutos, enjuaga bien y seca al aire.
  • Inspección diaria: revisa la integridad de las puntas nasales y la manguera; cualquier signo de desgaste puede comprometer el flujo y la eficacia de la terapia.
  • Almacenamiento adecuado: guarda las gafas en un lugar limpio y seco, lejos de la luz solar directa y de fuentes de calor que puedan deformar el plástico.