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Laringoscopio
El laringoscopio es la herramienta imprescindible en anestesia y emergencias para exponer la glotis y facilitar la intubación. Con un mango ergonómico y una hoja curva o recta, permite elevar la lengua y la epiglotis, garantizando un acceso rápido y seguro a la tráquea.
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¿Qué es un laringoscopio y para qué sirve?
Un laringoscopio consta de dos partes principales:
- Mango con batería o fuente de luz incorporada, que ilumina la cavidad orofaríngea.
- Hoja (Macintosh o Miller), que desplaza las estructuras blandas y muestra las cuerdas vocales.
Se emplea principalmente para intubar al paciente, inspeccionar la laringe y resolver obstrucciones agudas de la vía aérea.
Principales tipos de hojas de un laringoscopio: curva y recta
- Hoja curva: apoyada en la vallecula, es la más común en adultos por su maniobrabilidad y menor riesgo de trauma.
- Hoja recta (Miller): se desliza por debajo de la epiglotis, preferida en pediatría y en anatomías que dificultan el uso de la curva.
Ambas se ofrecen en versiones metálicas reutilizables y de plástico desechable.
Desechable vs. reutilizable: elige según tu protocolo
- Reutilizable: acero inoxidable, requiere limpieza y esterilización tras cada uso; ideal para entornos con alto volumen de pacientes.
- Desechable: hoja y mango ligeros de un solo uso, eliminan el riesgo de contaminación cruzada y simplifican la gestión de esterilidad.
Cómo elegir el laringoscopio adecuado para tu práctica
- Población atendida: pediatría, adultos o ambos; escoge hoja y tamaño apropiados.
- Frecuencia de uso: si intubas a diario, valora la durabilidad de los materiales y la facilidad de esterilización.
- Fuente de luz: LED de larga duración o fibra óptica según preferencia y presupuesto.
- Compatibilidad: asegúrate de que mango y hoja sean de la misma marca o sistema estándar para intercambiabilidad.
Cuidados y mantenimiento del laringoscopio
- Limpieza inmediata: elimina restos orgánicos con detergentes enzimáticos.
- Esterilización: sigue el protocolo de tu centro (autoclave o desinfección química).
- Revisión periódica: comprueba el estado de la luz, la integridad de la hoja y el ajuste del mango.
- Almacenamiento: guarda en estuches limpios y secos, protegidos de golpes y polvo.