Tijeras
Las tijeras quirúrgicas son herramientas fundamentales en cualquier procedimiento médico. Su filo aséptico y diseño ergonómico permiten realizar cortes limpios en tejidos, suturas y apósitos, asegurando un control óptimo y minimizando el daño colateral
Ordenar por:
Tipos de tijeras quirúrgicas según su función
- Tijeras de Mayo (rectas y curvas): robustas, utilizadas para cortar tejidos gruesos, fascia y también útiles en el corte de vendajes.
- Tijeras de Metzenbaum: más delgadas y alargadas, ideales para disecciones delicadas y maniobras en planos profundos.
- Tijeras de Iris: pequeñas, con filo muy fino, perfectas para procedimientos oftálmicos, vasculares o microcirugía.
- Tijeras de sutura: cuentan con una punta tipo gancho que permite levantar y cortar hilos sin dañar la piel circundante.
Características clave de una tijera quirúrgica de calidad
- Acero inoxidable quirúrgico: garantiza durabilidad, resistencia a la corrosión y compatibilidad con autoclave.
- Filo ultrafiloso: proporciona cortes limpios y precisos, reduciendo la tracción innecesaria sobre el tejido.
- Bisagra ajustable: mantiene la alineación y la tensión constante entre las hojas para un funcionamiento suave.
- Mango ergonómico: antideslizante, bien equilibrado, diseñado para ofrecer control y confort en intervenciones prolongadas.
Cómo elegir tus tijeras quirúrgicas según la especialidad
- Cirugía general: las tijeras de Mayo ofrecen versatilidad para múltiples tipos de tejidos y usos.
- Cirugía plástica o delicada: tijeras Iris y Metzenbaum son ideales por su precisión y suavidad en tejidos finos.
- Traumatología y cirugía ortopédica: se requieren tijeras fuertes y rectas que puedan cortar tejidos densos o fibrosos.
- Selecciona la longitud de la hoja y el tamaño general del instrumento en función del tipo de cirugía y la profundidad del campo quirúrgico.
Cuidado y mantenimiento de tus tijeras quirúrgicas
- Limpieza inmediata: enjuaga con solución enzimática tras cada uso para eliminar sangre y residuos orgánicos.
- Esterilización en autoclave: sigue estrictamente las recomendaciones del fabricante respecto a temperatura y duración del ciclo.
- Inspección periódica: verifica el estado del filo, alineación de las hojas y funcionamiento de la bisagra.
- Lubricación: aplica aceite quirúrgico específico en la articulación para conservar un movimiento fluido y sin fricción.